Mi lado bípedo más viperino.

Una vez me dijeron:

"Si no puedes deslumbrar por tu brillantez, desconcierta por tu estupidez". 

Y, aún hoy día, me parece que es el consejo más inteligente que he oído. Obviamente lo hice mío.

Por lo tanto os advierto de que mayoritariamente y si seguís leyendo os vais a encontrar con basura de esa que tanto me gusta a mí. Otros de mis intereses más profundos también son ciertos submundos: el mundo penitenciario, el mundo del imaginario infantil con su lado más naïf y su crueldad más incisiva.

Lo mejor que han dicho de mí: mi amigo nacho, que mi presencia produce picor y placer a la vez. Lo peor: todas aquellas cosas que no le hacen ningún bien a mi fama de mala malísima.

Las amandarinas a veces pican. Sobre todo cuando salpican a los ojos, así que abrirlos bien y empezad a leer.