Abrí los ojos con tanta fuerza que desgarré mi esperanza por encontrar aquello que me cegaba. A la par, un brazo vestido de colores... uno de tantos, rozó el mio con insultante indiferencia, de camino a un destino que aquí yo nuncá podré relatar. Uno de tantos destinos que vemos cada día al ver a la gente pasar, que se alejan en secreto para no ser vistos por aquellos que no comparten su compañía. Noté ese brazo!! el que injustamente me hizo hacer volver las orbitas de mis ojos a su lugar, ese puto brazo cansino que impidió que mi mente se enamorara de aquello que iba a conocer.
Casualidades extrañas que aplastan sueños drogados, inocentemente se cruzan y ya nada es lo mismo. Seguí caminando otra vez por el asfalto con la mirada perdida, tampoco nadie la iba a buscar esa mañana. Pensando en aquello que me había sucedido decidí encenderme un cigarro para quemarme un poco más, a ver si alguien me pidiera fuego y así explicarle que el mundo nos engaña y luego nos quejamos. A ver si el resto de la gente, joder!! me cuesta tanto tirar el cigarro para no ensuciar la calle que viste mi vida.
Sin duda, decidí ocupar mi tiempo en contar los pasos de camino a un lugar habitado por seres casualmente parecidos a mi pero con un idioma desconocido, curiosamente escupían palabras, vomitaban frases... intuía que su apetito miraba hacía mi independencia y mi tiempo. No!!! cabrones!! bastardos!! no quiero este puto trabajo. Lunes, martes, miercoles, jueves y viernes, con horario partido y dos pagas extras. Hijos de puta!!!
Lo siguiente que recuerdo, al despertar, fue un beso. Rozándome con sus ojos noté su aliento como agua caliente, lo que allí tenía me hacía desear. Aire para curar mi locura. Buenos días es lo que dijo, no hizo falta nada más para abrir la ventana i ver que las palabras de la gente ya no estaban perdidas, ya no miraban el cielo o buscaban en el suelo sus ojos. Sus vestidos tenían los mismos colores pero se rozaban amablemente, cuidando de ser recordados, de ser acompañados aunque ya no se vieran más. Cogí su brazo, miré sus ojos y me acordé que el café ya estaba listo. Apagué el grifo para mojarme la cara, pero ya estaba mojada de colacao que jugaba en mi cara. Quería conocer esa persona que me hacía feliz, quería visitar su pelo para perderme en él. Buenos díaS MDMDA, te apetece dar una vuelta por la playa? tengo ganas de conocerte un poco más. Por cierto, quiero explicarte una cosa que he soñado.
Texto de: Opositando para conserje
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